La zona de los Valles del Sur (Campoo y Valderredible) es una de las grandes desconocidas turísticas de Cantabria. Su ubicación, a caballo entre la España Verde y la Meseta Castellana, está simbolizada por el pico Tresmares, con una característica única en toda la Península Ibérica: de sus nieves nacen los ríos Ebro, Pisuerga y Nansa, que van a parar, respectivamente, al Mediterráneo, el Atlántico y el Cantábrico. La zona es excelente para los deportes de nieve y de aventura, la observación de la naturaleza, y tiene un muy interesante patrimonio cultural. El mayor núcleo de población es Reinosa.
La naturaleza se presenta en estado puro, con paisajes impresionantes y bellísimos, destacando las sierras de Peña Labra y El Cordel (con alturas de más de 2.000 metros), el nacimiento del Ebro en Fontibre, las profundas hoces de este mismo río a su paso por Villaescusa, o todo el contorno del pantano. Abundan los bosques de roble, abedul, encina y haya. Las vastas extensiones montañosas son el hábitat del lobo, el oso, el jabalí, el corzo y el tejón. El pantano del Ebro alberga grandes cantidades de aves acuáticas y es parada obligada de numerosas aves migratorias.
El patrimonio histórico-artístico de los valles de Campoo y Valderredible refleja el carácter fronterizo de esta zona, con vestigios de enfrentamientos entre cántabros y romanos en diversas zonas. Destacan las ruinas romanas de Julióbriga. Testigos importantes de la cristianización son las ermitas rupestres de Valderredible, atribuidas al siglo IX. Las colegiatas románicas de Cervatos y San Martín de Elines se encuentran en la ruta del románico hacia el interior de la meseta. En este contexto se encuentra también el santuario de Montesclaros, remanso de paz rodeado de bosque, cuya fundación es anterior al año 1000. En la actualidad es un lugar idóneo para pasar unos días de tranquilísimo descanso.