La franja costera entre Castro Urdiales y Laredo es una zona muy turística, con infraestructuras y urbanismo muy desarrollados, con abundantes dotaciones hosteleras y largos paseos muy animados los fines de semana. Las playas más grandes son urbanas, como la castreña de Brazomar o la de La Salvé laredana. La zona conserva un gran atractivo paisajístico, marcado por el encuentro entre el mar y los acantilados.
Los valles del Asón, Soba y Ruesga, en el interior oriental de Cantabria, están experimentando un comedido auge debido a la implantación del turismo rural, de aventura y ecológico. Esta zona bien conocida por la pesca de río, por los santuarios de Nuestra Señora de la Bien Aparecida y el Santo Cristo de Limpias, así como por contener en su subsuelo algunas de las cuevas más largas de Europa, está todavía por descubrir como destino turístico. Frente a la relativa masificación de la costa, los valles del interior occidental son verdaderos remansos de paz y naturaleza. Sus poblaciones principales (Ampuero, Ramales de la Victoria y Arredondo) conservan un tipismo evocador de épocas pasadas.
En toda esta zona el contacto con la naturaleza es el mayor aliciente. En este paisaje muy accidentado, los bosques no son ni tupidos ni extensos, abundando sobre todo las encinas y hayas. Los terrenos más accesibles están muy repoblados de eucalipto. Pero la naturaleza más atractiva en esta zona poco poblada es precisamente la geológica. Entre los Montes de Valnera, la Sierra del Hornijo y los Montes de Cañoneras se producen algunos de los relieves más impresionantes de la región, destacando la falla en la que nace el río Asón, con una impresionante cascada de agua. Estos macizos de roca caliza encierran en sus entrañas complejos sistemas de cuevas que atraen a espeleólogos de todo el mundo.
La intensa actividad portuaria que tuvo la localidad de Limpias hasta el siglo XIX hizo de esta una zona próspera, con una arquitectura civil muy rica. Ampuero, Ramales de la Victoria y Arredondo, muy bien conservados, ofrecen paseos tranquilos y deliciosos por sus núcleos urbanos, que revelan un largo pasado de prosperidad. Los santuarios de la Bien Aparecida y el Santo Cristo de Limpias, son dos importantes polos de atracción de fieles cristianos, que acuden en grandes números en ambas festividades. En el valle de Guriezo, por otra parte, es visita obligada la Ferrería de Laiseca, en la que se conservan todos los instrumentos y herramienta propios de este oficio desaparecido.
La costa oriental de Cantabria tiene un rico patrimonio histórico. En Castro Urdiales destaca el mejor ejemplo de gótico de toda la región, la iglesia de Santa María, del siglo XIII, dando carácter a la villa marinera. En Laredo, el casco viejo está catalogado como Conjunto Histórico-Artístico, y conserva un carácter medieval. Su iglesia de La Asunción es gótica del siglo XIII, con sucesivas ampliaciones hasta el XVIII.