El término municipal de Bareyo nos ofrece un paisaje de hermosísimos contrastes, una estampa de mar y de montaña, de praderas y bosques, de acantilados y de playas, de azules y verdes. Una tierra, donde el pasado y el presente se abrazan para crear un cuadro de armonía y belleza.
Aunque predominan las verdes y espléndidas praderías que llenan de color los suaves del municipio, también destacan en la zona litoral los agrestes acantilados y sobre todo, el famoso Cabo de Ajo, el punto más norteño de Cantabria.
Desde el Cabo de Ajo disfrutamos de impresionantes vistas, la Bahía de Santander por un lado y la Ría de Castellanos o Ajo por el otro. Todo ello con la Cordillera Cantábrica como telón de fondo. En el extremo norte del cabo y para proteger a los barcos de los abruptos acantilados, se encuentra el Faro de Ajo. Durante la noche, su haz de luz se hace visible a 17 Km. de la costa.
En la parte oriental del faro, a la desembocadura de la ría, podemos contemplar, fruto de la salvaje naturaleza de la zona, una hermosa cavidad conocida como La Ojarada, desde la que se divisa el mar cantábrico.